Vives dentro de mi, de mi alma, de mi mente y de mi oscura majestad. Vives dentro de mi, como una espiga clavada en mi mente que me hace recordar el calor de tu amor, el de tu cuerpo, de tu pasion, la roja sangre de tus labios. Incas tus garras en mi corazon y lo desgarras para luego devorarlo. Incas tus dientes en mi cuello y succionas mi vida por unos pequeños orificios. Estoy muriendo, y mi oscura majestad conmigo. Pero no siento dolor, tampoco siento tristeza. Siento miedo, miedo a no poder estar contigo toda la vida, miedo a no poder volver a tocarte a mirarte a los ojos, miedo a no poder amar de nuevo a tu pequeño y oscuro corazon. Oscuro y pequeño corazon, que no daria porque dejaras de latir y asi dejaras de atormentar mi mente con tus latidos, que no daria porque murieran de mi mente todos los recuerdos de este cruel amor, de este maldito destino. El destino que un dia nos enfrento y nos fundio en fuego y pasion para luego nunca mas dejarnos ir atando nuestras almas una a la otra en un cruel juego de los dioses. Ahora lloras y tus lagrimas se confunden con las lagrimas que caen del cielo, los angeles lloran por nosotros, el cielo llora por nuestro amor. Tu cuerpo ya no vive, al igual que el mio, solo vivimos en una cascara vacia, un envase para nuestras desterradas almas, oscuras y atormentadas, con ropajes negros que nos expulsan de la luz, buscamos el momento en que nuestros corazones vuelvan a latir y asi poder volver a amarnos. Buscamos el cielo en este infierno.
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